
Tomar el sol es una actividad placentera que, además de mejorar nuestro estado de ánimo, tiene beneficios para la salud, como la producción de vitamina D. Sin embargo, la exposición inadecuada a los rayos solares puede causar daños importantes a la piel, acelerar el envejecimiento cutáneo e incrementar el riesgo de cáncer de piel. Por ello, es fundamental aprender a hacerlo de forma segura y consciente.
En este artículo explicamos cómo tomar el sol correctamente para aprovechar sus beneficios y evitar sus riesgos.
El sol no es el enemigo de la piel; de hecho, es una fuente de energía indispensable para el ser humano. Entre sus beneficios se encuentran:
Estos beneficios se consiguen con exposiciones controladas y no con largas horas bajo el sol.
Exponerse sin protección ni control a los rayos ultravioleta (UV) implica riesgos como:
Por ello, es importante seguir pautas de seguridad cada vez que nos expongamos al sol.
La radiación UV es más intensa entre las 12:00 y las 16:00 horas, por lo que conviene evitar la exposición directa en este intervalo. Lo ideal es tomar el sol durante la mañana (antes de las 12:00) o por la tarde (a partir de las 16:00).
El protector solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición y renovarse cada dos horas o después de nadar o sudar.
Si llevas tiempo sin tomar el sol, empieza con exposiciones de 10 a 15 minutos y aumenta gradualmente el tiempo, siempre con protección.
La exposición solar puede deshidratar la piel y el organismo. Bebe agua regularmente y utiliza cremas hidratantes después de tomar el sol para mantener la piel en buen estado.
Usar prendas ligeras de algodón, sombreros de ala ancha y gafas de sol con filtro UV es fundamental para una protección completa.
Consumir alimentos ricos en antioxidantes (frutas, verduras, frutos secos) ayuda a neutralizar los radicales libres que produce la radiación UV y protege la piel desde el interior.
La vitamina D es fundamental para el metabolismo del calcio y el fósforo, la salud ósea y el sistema inmunitario. La exposición solar es la principal fuente de esta vitamina, pero no es necesario pasar horas al sol para obtenerla.
Bastan 10-20 minutos de exposición solar en brazos y piernas, tres veces por semana, para que el cuerpo la sintetice de forma adecuada, siempre que se realice en horarios seguros y con la protección adecuada.
En personas con dificultad para sintetizar vitamina D (piel muy oscura, adultos mayores, enfermedades crónicas), puede ser necesario complementar con dieta o suplementos, siempre bajo supervisión médica.
La piel necesita cuidados posteriores para mantenerse sana y evitar el envejecimiento prematuro:
Tomar el sol de forma segura es posible si se siguen pautas sencillas y se es consciente de los riesgos. La clave está en equilibrar los beneficios de la radiación solar con la protección adecuada, evitando los excesos que pueden dañar la salud a largo plazo. Incorporar estos hábitos a la rutina no solo protegerá la piel, sino que contribuirá a un estilo de vida saludable.
En la clínica del Dr. Esparza, ofrecemos una atención especializada y personalizada para acompañar a cada paciente en esta etapa final de transformación. Nuestro objetivo es que cada persona recupere no solo su figura, sino también su confianza.
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Este artículo tiene carácter meramente informativo y no sustituye en ningún caso el consejo de tu médico, única persona autorizada para realizar un diagnóstico.