El melanoma se desarrolla cuando los melanocitos comienzan a crecer de forma descontrolada. Es una forma agresiva de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento que da color a la piel. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente en zonas expuestas al sol, como la espalda, las piernas, los brazos y el rostro. También puede presentarse en lugares menos comunes, como plantas de los pies, palmas de las manos o debajo de las uñas, especialmente en personas con piel más oscura. Aunque representa un porcentaje menor de los casos de cáncer cutáneo, el melanoma es el tipo más peligroso debido a su alta capacidad de diseminación a otros órganos si no se detecta a tiempo. En este artículo, abordamos en profundidad qué es el melanoma, cómo se detecta, cuáles son sus tratamientos y cómo interviene la cirugía reconstructiva en pacientes afectados.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar melanoma son:
La detección precoz es clave para un pronóstico favorable. Los signos de advertencia pueden identificarse mediante la regla ABCDE:
Es importante acudir al dermatólogo ante cualquier lesión sospechosa. Las pruebas diagnósticas incluyen examen clínico, dermatoscopia, biopsia y, en algunos casos, estudios de imagen.
El tratamiento del melanoma depende del estadio en el que se diagnostique. Las opciones principales incluyen:
Es el tratamiento de elección en los estadios iniciales. Consiste en la extirpación completa del tumor con un margen de tejido sano para garantizar la eliminación total de las células cancerosas. En algunos casos, puede requerirse la biopsia o extirpación del ganglio linfático centinela.
Cuando el melanoma se encuentra en estadios avanzados o se ha diseminado, pueden emplearse tratamientos sistémicos como:
Se utiliza en algunos casos para reducir el tamaño del tumor o tratar áreas donde no se puede realizar una cirugía completa.
Cuando el melanoma se localiza en zonas visibles como el rostro, el cuello o las manos, la extirpación puede dejar secuelas funcionales o estéticas significativas. En estos casos, la cirugía reconstructiva desempeña un papel fundamental para restaurar la apariencia y funcionalidad de la zona afectada.
El objetivo de estas técnicas es lograr un resultado estético armonioso y recuperar la funcionalidad de la piel, especialmente cuando el melanoma ha afectado áreas como los párpados, la nariz o los labios.
La prevención del melanoma está estrechamente ligada a la protección solar. Algunas recomendaciones incluyen:
Una vez tratado, el paciente debe seguir un plan de seguimiento estricto, ya que existe riesgo de recidiva o de aparición de nuevos melanomas.
Si estás considerando esta intervención, es fundamental acudir a un cirujano especializado que evalúe tu caso de manera personalizada y te brinde la mejor opción para lograr tus objetivos.
El melanoma es un cáncer de piel potencialmente mortal si no se detecta y trata a tiempo. Sin embargo, con un diagnóstico precoz y un abordaje terapéutico adecuado, las posibilidades de curación son altas. La cirugía oncológica y la reconstructiva permiten eliminar el tumor y restaurar la apariencia de forma eficaz. Desde la prevención hasta la rehabilitación, un enfoque integral es clave para brindar a los pacientes la mejor calidad de vida posible tras el diagnóstico de melanoma.
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Este artículo tiene carácter meramente informativo y no sustituye en ningún caso el consejo de tu médico, única persona autorizada para realizar un diagnóstico.