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Cirugía plástica y reparadora pediátrica

Cirugía plástica y reparadora pediátrica

Qué es – Manejo del estrés – Intervenciones más frecuentes

 

Qué es la cirugía plástica pediátrica

 

Por motivos muy diversos, un niño puede necesitar cirugía plástica, es decir, una intervención destinada a reparar anomalías congénitas, lesiones de la piel y de los tejidos blandos (lunares, anomalías vasculares), cicatrices de un accidente o de un defecto estético. La cirugía plástica pediátrica implica restaurar la apariencia y función normales de una parte del cuerpo que no se ha desarrollado como se esperaba (por ejemplo, anomalías faciales) o muestra signos de traumatismo (heridas, quemaduras). La corrección de las orejas de soplillo, por el contrario, se considera una operación estética.

 

El estrés ante la intervención

 

La perspectiva de una cirugía plástica puede causar ansiedad en un niño o adolescente. Para reducir el estrés de los pacientes jóvenes y tranquilizar a sus padres, el cirujano dedica especial atención a explicar de forma sencilla los beneficios y riesgos de las posibles opciones terapéuticas. Presenta en detalle el curso del tratamiento, desde el diagnóstico hasta el seguimiento postoperatorio.

Por ejemplo, en el caso de una cirugía de labio leporino o paladar hendido, las enfermeras, (que poseen formación en este tipo de pacientes) atienden personalmente a los niños y sus familias. Cuando se realiza un diagnóstico antes de que nazca el niño, el equipo de cirugía plástica pediátrica y los padres se reúnen y se conocen. De este modo se puede crear un vínculo de confianza.

Por supuesto también se trabaja en colaboración con los anestesiólogos para reducir al máximo las molestias del niño antes, durante y después de la operación. La mayoría de los procedimientos se realizan bajo anestesia general.

 

Intervenciones más frecuentes

 

Labio leporino o hendido

Cuando el labio superior tiene una separación vertical entre la boca y la nariz, se llama labio hendido. Es la anomalía craneofacial más común, afecta a uno de cada 700 recién nacidos y es probable que provoque dificultades de alimentación. En este caso, el cierre quirúrgico del labio se realiza generalmente a partir de los tres meses y el niño se beneficia de un seguimiento periódico por parte de un equipo multidisciplinar. 

 

Paladar hendido

Por su parte, el paladar hendido es una separación de la bóveda palatina dificultando la alimentación y generando dificultades en el habla. La operación se realiza alrededor del año de edad, con seguimiento multidisciplinar.

 

Anomalías vasculares

Se deben a un desarrollo anormal de los vasos durante la vida intrauterina o a un crecimiento excesivo de los mismos. Las anomalías vasculares se manifiestan por lesiones más o menos visibles, superficiales o profundas, de color rojo o azul. Dependiendo de su tipo y del riesgo de complicaciones (cicatrices, deformaciones), su manejo puede requerir tratamiento médico, cirugía o tratamiento con láser.

 

Orejas de soplillo

Este no es un problema médico, sino estético. Afecta a alrededor del 5% de la población y cada persona lo vive de forma diferente. Se puede considerar la intervención quirúrgica cuando el niño experimenta sufrimiento psicológico. Sin embargo, hay que esperar hasta que las orejas hayan alcanzado un cierto tamaño, normalmente alrededor de los siete años.

 

*Un cirujano debe poder ofrecer expectativas realistas en cuanto al resultado final.

El Dr. Esparza es un auténtico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, con muchísimos años de experiencia y posiblemente miles de intervenciones de todo tipo.

 

MÁS INFORMACIÓN EN: www.dresparza.com