El carcinoma de nariz es una forma de cáncer de piel que puede causar preocupación debido a su ubicación visible. Las opciones de tratamiento varían según el tipo y la gravedad del carcinoma e incluyen métodos no quirúrgicos, así como diversas técnicas de cirugía dermatológica. A continuación, se ofrece una descripción general de los tratamientos disponibles.
Para tratar el carcinoma de nariz, las opciones no quirúrgicas ofrecen alternativas menos invasivas, a menudo adecuadas para casos tempranos.
La electrodesecación y el legrado combinan el raspado de la lesión cancerosa con un electrodo para destruir las células residuales. Este tratamiento es rápido, se realiza en el consultorio bajo anestesia local y está indicado para carcinomas basocelulares superficiales. Sin embargo, puede dejar una pequeña cicatriz.
La criocirugía utiliza nitrógeno líquido para congelar y destruir las células cancerosas. Adecuada para cánceres de bajo riesgo, esta técnica es rápida y no requiere puntos. Este gesto puede provocar algunos efectos normales como enrojecimiento e hinchazón. Pueden aparecer cicatrices después del tratamiento.
La terapia fotodinámica combina un agente fotosensibilizante con una fuente de luz para destruir las células cancerosas. Eficaz para los carcinomas basocelulares superficiales, es menos invasiva que la cirugía y en ocasiones ofrece mejores resultados estéticos. Los efectos secundarios incluyen ardor temporal y enrojecimiento.
Para carcinomas más avanzados o que requieren la máxima precisión, se encuentran disponibles varias técnicas de cirugía dermatológica.
La cirugía de Mohs extirpa el cáncer en capas sucesivas, examinadas bajo un microscopio hasta que no se detectan más células cancerosas. Permite conservar el máximo tejido sano, minimizando el riesgo de recurrencia y optimizando los resultados estéticos. Aunque más larga, esta técnica ofrece una de las tasas de curación más altas.
La cirugía de escisión elimina la lesión tumoral con un margen de tejido sano alrededor para garantizar que se eliminen todas las células cancerosas. Esta técnica, a menudo eficaz en el tratamiento de carcinomas de tamaño mediano a grande, suele realizarse con anestesia local. La cicatriz dependerá de varios criterios, como el tamaño y la localización exacta del tumor.
La cirugía con láser vaporiza las células cancerosas utilizando rayos de luz intensa. Utilizado en lesiones superficiales o difíciles de tratar por otros medios, ofrece gran precisión y minimiza el daño a los tejidos circundantes. Sin embargo, esta técnica no es adecuada para todos los tipos de carcinomas nasales y requiere experiencia especial.
La prevención del cáncer de piel se basa principalmente en la protección y la vigilancia solar, especialmente cuando se trata de una zona tan expuesta como la nariz.
Utiliza un protector solar contra rayos UV con regularidad. Aplicar generosamente en todas las zonas expuestas y volver a aplicar cada dos horas, especialmente al nadar. Use sombreros de ala ancha y gafas de sol.
Evita la exposición cuando los rayos UV sean más fuertes, generalmente entre las 10 a. m. y las 4 p. m. Busca sombra siempre que sea posible y usa ropa protectora.
Revisa tu piel con regularidad para detectar nuevas lesiones o cambios en los lunares existentes. Utiliza un espejo o pide ayuda a un ser querido. Consulta a un especialista de inmediato en caso de alguna anomalía.
Programa exámenes cutáneos periódicos, especialmente si tienes antecedentes de cáncer de piel o muchos lunares. La detección temprana puede marcar la diferencia en la prevención y curación del cáncer de piel.
La elección del tratamiento para el carcinoma de nariz depende de varios factores, incluido el tipo y la gravedad del cáncer, así como de las recomendaciones del especialista. Sin embargo, la prevención sigue siendo la mejor estrategia para proteger la piel y reducir el riesgo de cáncer de piel.